jueves, 15 de septiembre de 2011

Darren Aronofsky


Darren Aronofsky es uno de mis directores de cine favoritos. Con solo cinco largometrajes en su haber (no es un director muy prolífico), ha conseguido hacerse un lugar entre los mejores directores norteamericanos de los últimos años. 
Es en el año 1998, cuando Aronofsky debuta como director de largometrajes, con su película Pi.  Un film que narra la obsesiva y enfermiza vida de un matemático que se empeña en hallar un número que rija el universo. Un patrón repetitivo que se encuentre en todo lo existente. Con un presupuesto de solo 60 mil dólares, consiguió un enorme éxito de crítica y público, y obtuvo numerosos galardones. 
Fue en el año 2000, cuándo su segunda película vio la luz: Requiem for a dream. Esta vez con un presupuesto mucho mayor al de su anterior creación, contó con un reparto de la talla de Jared Leto, Ellen Burstyn y Jennifer Connelly. La película se centra en un grupo de personas y su relación con distintas drogas. Este segundo largometraje fue increíblemente aclamada y pronto fue catalogada como una película de culto. 
Su siguiente trabajo fue el más polémico de todos. El público no reaccionó de manera homogénea, y se produjo una gran división de opiniones: aquellos que la aman, y aquellos que la odian.  Esta película fue The fountain. Con la actuación protagónica de Hugh Jackman y Rachel Weisz, es una verdadera reflexión acerca del amor y la muerte. El drama, la aventura épica y la ciencia ficción, se funden para crear este film. 
Fue en el año 2008, en el que Aronofsky presentó The Wrestler, su cuarto largometraje que obtuvo el León de Oro del Festival de Venecia. Con una gran performance de Mickey Rourke, quien encarna en la piel del personaje, Randy Robinson, un viejo campeón de lucha libre, que llega a su decadencia. La película fue muy bien valorada por la crítica y compensó su anterior obra. 
Su último trabajo, Black Swan se estrenó en el 2010. Protagonizada por Natalie Portman (ganadora del Oscar como Mejor Actriz por este papel), la película gira en torno a una bailarina de ballet, reprimida y exigida tanto por la academia de danza como por su madre. Un retrato perfecto de la obsesión , los temores y la locura.


Ahora, en el 2011, lo único que resta es esperar con qué nuevo trabajo nos sorprenderá Aronofsky en el futuro.