La libertad de pensamiento y de costumbres fue expandiéndose durante el transcurso del siglo XVIII. La Iglesia ya no era la gran regidora del mundo. El absolutismo monárquico tuvo que hacer frente a la oposición de hombres e ideas cada vez más fuetes en su resistencia contra su poder, deseosos de vivir bien aquí y ahora.
Se da el regreso a los ideales de la antigüedad clásica se relaciona con los cambios políticos ocurridos entre 1760 y 1840 en Europa y América.
En 1776 se declara la independencia de los Estado Unidos. En 1789 se da la revolución y caída de la monarquía absoluta en Francia y en 1791 se realiza la declaración de los Derechos Humanos.
A comienzos del siglo XIX se dan las revoluciones hispanoamericanas. Los nuevos estados desarrollan una nueva tipología arquitectónica vinculada con la expansión de los regímenes republicanos: parlamentos, bibliotecas, universidades.
Napoleón exportó las ideas de la revolución francesa por toda Europa (igualdad, libertad, fraternidad) y construyó “arcos de triunfo” como lo hicieron los romanos.
En EEUU Thomas Jefferson reunió en su persona todo el ideal político y el nuevo estilo artístico. En pintura se recurre a la inspiración greco-romana.
La estética neoclásica se contrapone a la estética barroca, por su sola oposición de valores. El barroco, ante todo, representa los valores de las monarquías absolutas, en cambio, el neoclasicismo reivindica los principios de la burguesía, tales como el trabajo, la limpieza, la sencillez, el ahorro, la austeridad, la disciplina, etc.
Los inicios del neoclásico varían según la situación política del lugar.
En Europa, Napoleón ordenó construir toda una arquitectura de propaganda del Imperio Napoleónico. Arcos de triunfo bajo los cuales, desfilaba su ejército, luego de una victoria; columnas honorarias; etc.
En EEUU, Jefferson afirmaba la existencia de un ordenamiento básico en la arquitectura clásica. En una sociedad basada en la igualdad, la arquitectura debe ser sencilla y clara. Jefferson construyó su casa tomando como modelo a la Villa Rotonda de Andrea Palladio. También, su memorial recuerda al panteón romano, y muestra el ideal clásico de las formas simples y simétricas.
En Uruguay, los ejemplos más representativos de nuestro arte neoclásico son el Teatro Solís y el Palacio Legislativo. Ambas obras arquitectónicas se caracterizan por sus formas clásicas y simétricas, y su centralización urbanística.
El historicismo, desarrollado principalmente en el siglo XIX y principios del XX, surge como reacción al neoclásico y a este como arte universal. Concentraba todos sus esfuerzos en recuperar la arquitectura de tiempos pasados. Revaloriza estilos estéticos rechazados por el clasicismo. Se trataba de imitar estilos arquitectónicos de otras épocas incorporándole algunas características culturales de ese siglo mientras que la arquitectura ecléctica se dedicaba a mezclar estilos para dar forma a algo nuevo.
Surge como reacción al Neoclásico porque este se asociaba con Francia y Napoleón. Los países europeos comenzaron a reivindicar las propias tradiciones culturales de su pasado (nacionalismo).
Podemos destacar diversas corrientes como las, neomudéjar (arte islámico en España), neoclásicas, neogóticas, neobarrocas.
En Uruguay, país en el que hay un estilo arquitectónico propio prácticamente inexistente, las corrientes estilísticas europeas fueron decisivas a la hora de la construcción de nuestro patrimonio.
Con gran predominancia del neoclásico, el historicismo en Uruguay se desarrolló fácilmente, dando lugar a lo que hoy en día es una gran parte de nuestra arquitectura.
La Estación Central General Artigas
La Estación Central General Artigas fue inaugurada el 23 de junio de 1897, siendo librada al servicio público el 15 de julio de ese año y clausurada el 1 de marzo de 2003, reemplazada por un apeadero 500 metros hacia el norte. A consecuencia de esto, los trenes perdieron 100.000 pasajeros por año.
La primera estación de Montevideo fue una casa alquilada en la esquina Sur-Oeste de Orillas del Plata (hoy Calle Galicia) y la Calle del Río Negro. Fue inaugurada el 16 de julio de 1871, cuando se libró al servicio la vía férrea entre Montevideo y Bella Vista (hoy Estación Lorenzo Carnelli, integrada a la ciudad) por un trazado provisorio. El ferrocarril ya funcionaba desde el 1º de enero de 1869 entre Bella Vista (provisoria) y Las Piedras.
La segunda estación terminal fue un edificio inaugurado en 1874 sobre la calle Río Negro entre las calles Miguelete (hoy La Paz) y Valparaíso, cuando la línea fue trasladada a su trazado definitivo, que es el que ocupa hoy. Tenía dos pisos, galpones de carga con frente hacia la calle Queguay (hoy Paraguay) y un único andén para el servicio de pasajeros.
El 14 de diciembre de 1891 un incendio destruyó la antigua estación de Montevideo. El Ferrocarril Central comenzó entonces a construir el edificio actual. Los trabajos se iniciaron en 1892 y la piedra fundamental fue colocada el 27 de agosto de 1893. Entre el incendio y la inauguración, se instaló una estación provisoria detrás de la obra.
La Estación Central fue inaugurada el 23 de junio de 1897, siendo librada al servicio público el 15 de julio de ese año. El diseño fue del ingeniero Luis Andreoni.
En 1912, con la culminación de las obras del puerto de Montevideo, se conecta la vía de la calle Río Negro con las vías de la terminal marítima, a la altura de la calle Río Branco. Posteriormente, una vez ganado terreno al mar al costado de la rambla, se construye otra conexión del lado de la rambla casi la calle Guatemala. En 1930 las boleterías, que se encontraban sobre la calle Río Negro, fueron trasladadas al gran hall central, hasta ese entonces ocupado por el restaurante.
El 31 de enero de 1949 se coloca una placa en homenaje a la nacionalización de los ferrocarriles. El 19 de noviembre de 1952 el Ferrocarril Central del Uruguay (FCCU) y los Ferrocarriles y Tranvías del Estado (FTE) se fusionan en la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE).
En 1955 el Poder Legislativo le dio el nombre de “Estación Central José Artigas”. El nombre actual, “Estación Central General Artigas”, data de 1974. Fue declarada Monumento Histórico Nacional por la Resolución 1097/975 del 8 de julio de 1975. En 1977, coincidiendo con la puesta en servicio de los trenes rápidos Ganz Mavag, el hall de la Estación fue modernizado, dándole el aspecto que hoy presenta.
El 2 de enero de 1988, al suprimirse todos los servicios de pasajeros, la estación se utilizó para exposiciones de diversa índole, mientras que las oficinas permanecieron allí y su playa de carga y de maniobras estuvo continuamente en actividad.
A partir de 1991 comenzaron a circular trenes especiales de pasajeros hacia diversos puntos del país partiendo de Estación Central. El 25 de agosto de 1993 se reiniciaban los servicios regulares de pasajeros entre Montevideo y 25 de Agosto partiendo desde la Estación Central.
En 1996 la playa de carga es cerrada y una parte de ella vendida a ANTEL para la construcción de edificios anexos a la Torre de las Comunicaciones. AFE perdió tráfico de carga e ingresos por alquiler de espacio. En 1998 la estación fue vendida al Banco Hipotecario del Uruguay como parte de un proyecto político llamado "Plan Fénix". Este proyecto inmobiliario planeaba convertir el edificio en un "shopping cultural" y un supermercado en la playa de maniobras. No se realizó ningún estudio técnico de las operaciones ferroviarias.
Una nueva y pequeña estación 500 metros hacia el norte del antiguo edificio se comenzó a construir en diciembre de 1999. Varios errores en la construcción atrasaron su apertura hasta el 1º de marzo de 2003, cuando fue librada al servicio de trenes. Desde esa fecha la Estación Central se encuentra abandonada.
Su estilo arquitectónico es más bien ecléctico, ya que fusiona distintas corrientes estéticas, principalmente el neoclásico, con influencias de la arquitectura inglesa (adornos en hierro). Como elementos neoclásicos posee arcos de medio punto, la simetría, y sus formas geométricas simples.
El Templo Inglés
La ocupación de Montevideo en 1807 por las tropas inglesas duró siete meses y seis días. Fracasada la inviable empresa bélica (dos serias derrotas en Buenos Aires y una enconada resistencia en la toma de Montevideo) los ingleses obtuvieron brillantes resultados en el terreno comercial. Abandonada la opción militar, Inglaterra se ofrecerá como modelo de civilización y progreso.
Como siempre, la conquista militar fue el soporte de la conquista ideológica, y junto con el primer periódico de Montevideo (La Estrellas del Sur, de 7 números entre mayo y julio de 1807), Inglaterra dejó también un legado arquitectónico en nuestra ciudad.
En un contexto de expansión imperial, Inglaterra debía mantener los nexos culturales con sus súbditos y la religión fue esencial. El artículo “La Iglesia Anglicana” de Ellen Apolant cuenta sobre el acelerado proceso que llevó a la construcción del Templo Inglés (Holy Trinity Church) que no por casualidad es el edificio más antiguo que los ingleses edificaron en Montevideo. El 23 de julio de 1841, treinta residentes británicos realizan ante la legación inglesa un pedido: un clérigo, preferentemente casado, para que se afinque en esta ciudad como capellán, con cinco años de estadía asegurada y una remuneración de 800 libras anuales. Con la llegada el 24 de marzo de 1843 del primer capellán (James Wheeler Birch), la necesidad de un templo se volvió imperiosa.
En 1845 y con un diseño neoclásico del arquitecto Antonio Paullier, quedó inagurado el Templo Inglés, que se mantuvo en la calle Treinta y Tres esquina Reconquista, de espaldas al río, hasta su demolición en 1934. EL 16 de mayo de 1936 sería reinaugurado casi sin modificaciones, en su emplazamiento actual.
El 1º de enero del año 1844 se coloca la piedra fundamental. El terreno y el edificio fueron donación de Sr. Samuel Lafone y así se constituye en la primera Iglesia no romana de América Latina.
Originalmente se levantó en una saliente de la costa que formaba el Cubo del Sur del Montevideo colonial. Luego fue trasladado debido a las obras de trazado de la rambla Sur. En esa oportunidad la piedra fundamental fue colocada por Sir Millington Drake en 1935 y se construyó un salón al costado que se le llamó “Lafone Hall”.
El edificio tiene vitrales ingleses con pasajes de la vida de Jesucristo; un tabique de hierro calado que separa el espacio del coro y el órgano especialmente traído de Europa. La pila bautismal y el púlpito elevado son de mármol como también dos placas conmemorativas de las guerras mundiales con nombres de voluntarios que participaron desde Uruguay y perdieron sus vidas, y el Memorial de la batalla del Río de la Plata entre las naves Ajas, Exeter y Aquiles contra el acorazado alemán Graf Spee.
Inspirado en el edifico la Madeleine en París, edificio francés del siglo XIX que funciona hasta la actualidad como templo católico. También está inspirado en los antiguos templos griegos.
Proyecto de Remodelación Plaza Independencia.
El pasado 7 de junio de 2010 el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) a través de su Dirección Nacional de Arquitectura (DNA), convocó a Concurso Público Nacional de Anteproyectos de Arquitectura para la “reformulación de la Plaza Independencia y su relación con el entorno inmediato”
Las bases contaban con ciertas condiciones, determinados elementos de la Plaza no podían ser alterados: el Mausoleo y el Monumento a Artigas junto con las treinta y tres palmeras. Así mismo se debía proteger y conservar todo resto arqueológico de la antigua Muralla de Montevideo que apareciese durante el transcurso de las obras. También se debían tener en cuenta ciertos límites económicos, es decir debía representar un gasto módico para el Estado, siempre en relación a proyectos de semejantes magnitudes.
Los proyectos concursantes debían replantearse la distribución del espacio verde, los accesos a la Plaza, la circulación del tránsito alrededor de la misma, buscar una solución a los fuertes vientos a los que está sometida y planificar una suerte de estacionamiento subterráneo para el uso de los empleados de la Torre Ejecutiva, así como los de la Casa de Gobierno. El fin de estas modificaciones sería remodelación de la Plaza para que esta fuera más “habitable” y quitarle su actual condición de “lugar de pasaje”, siendo la Plaza más importante y simbólica de Montevideo.
El proyecto ganador de esta convocatoria fue “Fabrica de Paisajes” ideado por los arquitectos Fabio Ayerra, Marcos Castaings, Martín Cobas, Federico Gastambide, Javier Lanza, Diego Pérez.
Fue originalmente diseñada por el arquitecto Carlo Zucchi en 1837, cuando se decidió ampliar la ciudad de Montevideo. Para su creación Zucchi se inspiró en a parisina Rue de Rivoli. La Plaza fue modificada en 1860 por el arquitecto Bernardo Poncini.
Entre 1896 y 1906 se alzaba en su centro la estatua de Joaquín Suárez, que actualmente se emplaza en la plaza de Av. Agraciada esquina Suárez; el mismo fue trasladado a su actual ubicación por decisión del presidente José Batlle y Ordóñez.
En 1882, durante el gobierno de Máximo Santos, se decretó una ley que aprobaba un presupuesto para la erección de un monumento a José Artigas, "fundador de nuestra nacionalidad". La piedra fundamental de este monumento se colocó el 25 de agosto de 1884, sin embargo, este tardó en concretarse.
Finalmente fue inaugurado el 28 de febrero de 1923 al concluír el mandato presidencial de Baltasar Brum.
Durante la dictadura cívico-militar, por Decreto-Ley N° 14.276 del 27 de setiembre de 1974, se dispuso la creación de un mausoleo para el depósito de los restos de Artigas, que hasta la fecha habían estado ubicados en el Panteón Nacional del Cementerio Central de Montevideo. La obra estuvo a cargo de los arquitectos Lucas Ríos Demalde y Alejandro Morón, quienes agregaron al monumento un mausoleo de granito con amplias escalinatas hacia un subsuelo en el que se custodia la urna con los restos de José G. Artigas; una pirámide trunca permite que penetre el sol directamente hasta la urna. Bajo la presidencia de Aparicio Méndez, el 19 de junio de 1977, se inauguró el mausoleo.
Luego de retornada la democracia, se cuestionó mucho la utilización de la imagen de Artigas como ícono representativo de una dictadura que negaba todas las bases democráticas y republicanas en las que se asienta el ideario artiguista.
Hoy, en el año 2011, las grandes polémicas y protestas generadas por la remodelación, así como la falta de presupuesto para la inversión en un proyecto de determinadas características se conjugaron para dar como resultado final una Plaza sin ningún tipo de modificación, de carácter monumental e inhóspito, y el abandono de cualquier tentativa de renovación.
Bibliografía:
· www.wikipedia.com
· “Ingleses en el Uruguay- De la invasión a la inversión” Artículo de Álvaro Ojeda, País Cultural N°1100.

· http://www.farq.edu.uy
· “Historia del Arte en Imágenes” de Gilles Plazy.
· “Entre lo ceremonial y lo cotidiano” Artículo de Carolina Porley, Brecha.
· “Ideas y Formas en la Arquitectura Nacional” de Aurelio Lucchini.
La primera estación de Montevideo fue una casa alquilada en la esquina Sur-Oeste de Orillas del Plata (hoy Calle Galicia) y la Calle del Río Negro. Fue inaugurada el 16 de julio de 1871, cuando se libró al servicio la vía férrea entre Montevideo y Bella Vista (hoy Estación Lorenzo Carnelli, integrada a la ciudad) por un trazado provisorio. El ferrocarril ya funcionaba desde el 1º de enero de 1869 entre Bella Vista (provisoria) y Las Piedras.
La segunda estación terminal fue un edificio inaugurado en 1874 sobre la calle Río Negro entre las calles Miguelete (hoy La Paz) y Valparaíso, cuando la línea fue trasladada a su trazado definitivo, que es el que ocupa hoy. Tenía dos pisos, galpones de carga con frente hacia la calle Queguay (hoy Paraguay) y un único andén para el servicio de pasajeros.
El 14 de diciembre de 1891 un incendio destruyó la antigua estación de Montevideo. El Ferrocarril Central comenzó entonces a construir el edificio actual. Los trabajos se iniciaron en 1892 y la piedra fundamental fue colocada el 27 de agosto de 1893. Entre el incendio y la inauguración, se instaló una estación provisoria detrás de la obra.
La Estación Central fue inaugurada el 23 de junio de 1897, siendo librada al servicio público el 15 de julio de ese año. El diseño fue del ingeniero Luis Andreoni.
En 1912, con la culminación de las obras del puerto de Montevideo, se conecta la vía de la calle Río Negro con las vías de la terminal marítima, a la altura de la calle Río Branco. Posteriormente, una vez ganado terreno al mar al costado de la rambla, se construye otra conexión del lado de la rambla casi la calle Guatemala. En 1930 las boleterías, que se encontraban sobre la calle Río Negro, fueron trasladadas al gran hall central, hasta ese entonces ocupado por el restaurante.
El 31 de enero de 1949 se coloca una placa en homenaje a la nacionalización de los ferrocarriles. El 19 de noviembre de 1952 el Ferrocarril Central del Uruguay (FCCU) y los Ferrocarriles y Tranvías del Estado (FTE) se fusionan en la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE).
En 1955 el Poder Legislativo le dio el nombre de “Estación Central José Artigas”. El nombre actual, “Estación Central General Artigas”, data de 1974. Fue declarada Monumento Histórico Nacional por la Resolución 1097/975 del 8 de julio de 1975. En 1977, coincidiendo con la puesta en servicio de los trenes rápidos Ganz Mavag, el hall de la Estación fue modernizado, dándole el aspecto que hoy presenta.
El 2 de enero de 1988, al suprimirse todos los servicios de pasajeros, la estación se utilizó para exposiciones de diversa índole, mientras que las oficinas permanecieron allí y su playa de carga y de maniobras estuvo continuamente en actividad.
A partir de 1991 comenzaron a circular trenes especiales de pasajeros hacia diversos puntos del país partiendo de Estación Central. El 25 de agosto de 1993 se reiniciaban los servicios regulares de pasajeros entre Montevideo y 25 de Agosto partiendo desde la Estación Central.
En 1996 la playa de carga es cerrada y una parte de ella vendida a ANTEL para la construcción de edificios anexos a la Torre de las Comunicaciones. AFE perdió tráfico de carga e ingresos por alquiler de espacio. En 1998 la estación fue vendida al Banco Hipotecario del Uruguay como parte de un proyecto político llamado "Plan Fénix". Este proyecto inmobiliario planeaba convertir el edificio en un "shopping cultural" y un supermercado en la playa de maniobras. No se realizó ningún estudio técnico de las operaciones ferroviarias.
Una nueva y pequeña estación 500 metros hacia el norte del antiguo edificio se comenzó a construir en diciembre de 1999. Varios errores en la construcción atrasaron su apertura hasta el 1º de marzo de 2003, cuando fue librada al servicio de trenes. Desde esa fecha la Estación Central se encuentra abandonada.
Su estilo arquitectónico es más bien ecléctico, ya que fusiona distintas corrientes estéticas, principalmente el neoclásico, con influencias de la arquitectura inglesa (adornos en hierro). Como elementos neoclásicos posee arcos de medio punto, la simetría, y sus formas geométricas simples.
El Templo Inglés
La ocupación de Montevideo en 1807 por las tropas inglesas duró siete meses y seis días. Fracasada la inviable empresa bélica (dos serias derrotas en Buenos Aires y una enconada resistencia en la toma de Montevideo) los ingleses obtuvieron brillantes resultados en el terreno comercial. Abandonada la opción militar, Inglaterra se ofrecerá como modelo de civilización y progreso.
Como siempre, la conquista militar fue el soporte de la conquista ideológica, y junto con el primer periódico de Montevideo (La Estrellas del Sur, de 7 números entre mayo y julio de 1807), Inglaterra dejó también un legado arquitectónico en nuestra ciudad.
En un contexto de expansión imperial, Inglaterra debía mantener los nexos culturales con sus súbditos y la religión fue esencial. El artículo “La Iglesia Anglicana” de Ellen Apolant cuenta sobre el acelerado proceso que llevó a la construcción del Templo Inglés (Holy Trinity Church) que no por casualidad es el edificio más antiguo que los ingleses edificaron en Montevideo. El 23 de julio de 1841, treinta residentes británicos realizan ante la legación inglesa un pedido: un clérigo, preferentemente casado, para que se afinque en esta ciudad como capellán, con cinco años de estadía asegurada y una remuneración de 800 libras anuales. Con la llegada el 24 de marzo de 1843 del primer capellán (James Wheeler Birch), la necesidad de un templo se volvió imperiosa.
El 1º de enero del año 1844 se coloca la piedra fundamental. El terreno y el edificio fueron donación de Sr. Samuel Lafone y así se constituye en la primera Iglesia no romana de América Latina.
Originalmente se levantó en una saliente de la costa que formaba el Cubo del Sur del Montevideo colonial. Luego fue trasladado debido a las obras de trazado de la rambla Sur. En esa oportunidad la piedra fundamental fue colocada por Sir Millington Drake en 1935 y se construyó un salón al costado que se le llamó “Lafone Hall”.
El edificio tiene vitrales ingleses con pasajes de la vida de Jesucristo; un tabique de hierro calado que separa el espacio del coro y el órgano especialmente traído de Europa. La pila bautismal y el púlpito elevado son de mármol como también dos placas conmemorativas de las guerras mundiales con nombres de voluntarios que participaron desde Uruguay y perdieron sus vidas, y el Memorial de la batalla del Río de la Plata entre las naves Ajas, Exeter y Aquiles contra el acorazado alemán Graf Spee.
Inspirado en el edifico la Madeleine en París, edificio francés del siglo XIX que funciona hasta la actualidad como templo católico. También está inspirado en los antiguos templos griegos.
Proyecto de Remodelación Plaza Independencia.
El pasado 7 de junio de 2010 el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) a través de su Dirección Nacional de Arquitectura (DNA), convocó a Concurso Público Nacional de Anteproyectos de Arquitectura para la “reformulación de la Plaza Independencia y su relación con el entorno inmediato”
Las bases contaban con ciertas condiciones, determinados elementos de la Plaza no podían ser alterados: el Mausoleo y el Monumento a Artigas junto con las treinta y tres palmeras. Así mismo se debía proteger y conservar todo resto arqueológico de la antigua Muralla de Montevideo que apareciese durante el transcurso de las obras. También se debían tener en cuenta ciertos límites económicos, es decir debía representar un gasto módico para el Estado, siempre en relación a proyectos de semejantes magnitudes.
Los proyectos concursantes debían replantearse la distribución del espacio verde, los accesos a la Plaza, la circulación del tránsito alrededor de la misma, buscar una solución a los fuertes vientos a los que está sometida y planificar una suerte de estacionamiento subterráneo para el uso de los empleados de la Torre Ejecutiva, así como los de la Casa de Gobierno. El fin de estas modificaciones sería remodelación de la Plaza para que esta fuera más “habitable” y quitarle su actual condición de “lugar de pasaje”, siendo la Plaza más importante y simbólica de Montevideo.
El proyecto ganador de esta convocatoria fue “Fabrica de Paisajes” ideado por los arquitectos Fabio Ayerra, Marcos Castaings, Martín Cobas, Federico Gastambide, Javier Lanza, Diego Pérez.
Fue originalmente diseñada por el arquitecto Carlo Zucchi en 1837, cuando se decidió ampliar la ciudad de Montevideo. Para su creación Zucchi se inspiró en a parisina Rue de Rivoli. La Plaza fue modificada en 1860 por el arquitecto Bernardo Poncini.
Entre 1896 y 1906 se alzaba en su centro la estatua de Joaquín Suárez, que actualmente se emplaza en la plaza de Av. Agraciada esquina Suárez; el mismo fue trasladado a su actual ubicación por decisión del presidente José Batlle y Ordóñez.
En 1882, durante el gobierno de Máximo Santos, se decretó una ley que aprobaba un presupuesto para la erección de un monumento a José Artigas, "fundador de nuestra nacionalidad". La piedra fundamental de este monumento se colocó el 25 de agosto de 1884, sin embargo, este tardó en concretarse.
Finalmente fue inaugurado el 28 de febrero de 1923 al concluír el mandato presidencial de Baltasar Brum.
Durante la dictadura cívico-militar, por Decreto-Ley N° 14.276 del 27 de setiembre de 1974, se dispuso la creación de un mausoleo para el depósito de los restos de Artigas, que hasta la fecha habían estado ubicados en el Panteón Nacional del Cementerio Central de Montevideo. La obra estuvo a cargo de los arquitectos Lucas Ríos Demalde y Alejandro Morón, quienes agregaron al monumento un mausoleo de granito con amplias escalinatas hacia un subsuelo en el que se custodia la urna con los restos de José G. Artigas; una pirámide trunca permite que penetre el sol directamente hasta la urna. Bajo la presidencia de Aparicio Méndez, el 19 de junio de 1977, se inauguró el mausoleo.
Luego de retornada la democracia, se cuestionó mucho la utilización de la imagen de Artigas como ícono representativo de una dictadura que negaba todas las bases democráticas y republicanas en las que se asienta el ideario artiguista.
Hoy, en el año 2011, las grandes polémicas y protestas generadas por la remodelación, así como la falta de presupuesto para la inversión en un proyecto de determinadas características se conjugaron para dar como resultado final una Plaza sin ningún tipo de modificación, de carácter monumental e inhóspito, y el abandono de cualquier tentativa de renovación.
Bibliografía:
· www.wikipedia.com
· “Ingleses en el Uruguay- De la invasión a la inversión” Artículo de Álvaro Ojeda, País Cultural N°1100.
· http://www.farq.edu.uy
· “Historia del Arte en Imágenes” de Gilles Plazy.
· “Entre lo ceremonial y lo cotidiano” Artículo de Carolina Porley, Brecha.
· “Ideas y Formas en la Arquitectura Nacional” de Aurelio Lucchini.